La Cuesta de los chinos es uno de esos lugares tan mágicos que esconde Granada. Es uno de esos lugares que consiguen encandilar a todo aquel que pasa por ellos desde el primer minuto. Esta famosa cuesta, conocida también como la Cuesta de los molinos o la Cuesta de los muertos, conecta la Alhambra de Granada y el Generalife con el centro de Granada, el barrio del Albaicín y el Paseo de los tristes. A través de este camino medieval de casi un kilómetro de distancia, dejarás por un momento atrás la ciudad para adentrarte en la vegetación más pura de la colina de La Sabika.
Este paseo que comienza en el río Darro, recorre el antiguo Barranco de la Alkibia entre molinos, naturaleza y alguna vivienda. A la izquierda quedan las huertas del Generalife; a la derecha, la muralla de la Alhambra y la Torre de las Damas en el Partal. Avanzando por el sendero se encuentra una de las puertas de la Alhambra: la Puerta del Hierro, que antiguamente permitía el paso al recinto amurallado.
Continuando el ascenso junto a las Torres de las Damas, de la Cautiva, del Cabo y de las Infantas, podremos disfrutar de vistas espectaculares de varios puntos de la ciudad granadina. Y, por supuesto, no podemos pasar por alto una pequeña callejuela de origen nazarí que enlaza la Cuesta de los Chinos con el Generalife.
Al llegar al último tramo del recorrido se encuentra la Acequia Real, un puente que conecta con la Alhambra y el Generalife. Párate unos minutos en este punto para contemplar cómo el agua excedente de la acequia cae a través de unas gárgolas. Un caudaloso arroyo rodea la muralla y también acompaña a los caminantes durante parte de su recorrido por la Cuesta de los Chinos. Y es que el agua es uno de los elementos naturales protagonistas durante el camino: acequias naturales, aguas del río Darro y barrancos. Por algo Federico García Lorca apodó esta cuesta también con el nombre de Cuesta del agua. El agua acompaña al paseante durante gran parte del camino.
El camino finaliza con la llegada a los Jardines del Generalife y a la Puerta de la Justicia, una de las cuatro puertas que dan entrada al recinto de la Alhambra.
Origen y leyendas de algunos de sus nombres
Es probablemente el camino con más nombres de la historia. Todos y cada uno de ellos tienen un por qué y siguen usándose hoy en día para denominar este paseo que tantos elogios recibe. Y es que la Cuesta de los Chinos no es solo uno de los paseos más especiales y bonitos de Granada, es también una senda de misterios e historias.
Cuenta la leyenda que la cuesta debe uno de sus nombres, la Cuesta del Rey Chico, al rey Boabdil, quien huyó de su casa haciendo este recorrido cuando su madre le avisó de que su padre y su hermano querían matarle. El rey Chico, que así era conocido, consiguió llegar hasta el Albaicín y esconderse gracias a este sendero.
Otro de sus nombres, la Cuesta de los muertos, viene porque durante muchos siglos este fue el recorrido que hacían los habitantes de la ciudad para trasladar a sus fallecidos hasta el cementerio.
La Cuesta de los chinos es quizás el nombre más conocido y que más extraña al mismo tiempo a los turistas. Aunque a la mayoría les cuesta adivinar el motivo de este nombre, se dice que se debe a los cantos que forman el suelo de dicho recorrido. Además, también se sigue diciendo que dichas piedras fueron robadas de la Alhambra.
Por último, algunos poetas como Federico García Lorca, quien vivió enamorado de Granada durante toda su vida, apodó este camino como la Cuesta del agua haciendo referencia al protagonismo que esta tiene durante todo el sendero.
Lo llamemos como lo llamemos, la Cuesta de los Chinos es uno de los recorridos más espectaculares que esconde la ciudad de Granada. Además, desde la reciente reforma de este camino histórico, su aspecto y accesibilidad ha mejorado y cada vez son más los turistas y vecinos que transitan por este paseo medieval.
Si te preguntas cómo llegar a la Alhambra andando desde el centro de la ciudad, sin duda que la Cuesta de los chinos es la mejor elección.