La Alcaicería de Granada es probablemente uno de los lugares más turísticos de Granada. Sus estrechas calles, dedicadas en su mayoría a la venta de recuerdos y elementos de decoración árabe, llama la atención de todo aquel que visita la ciudad por primera vez.
Esta zona comercial, ubicada alrededor de la Catedral, está repleta de tiendas de artesanía granadina, librerías, joyerías y algún bar de comida de la zona. Aquí podrás conseguir un sinfín de objetos tradicionales de la ciudad: desde las cerámica y vidrios típicos hasta los demandados farolillos de cristal coloreado. No hay duda de que este es el lugar perfecto para comprar tus souvenirs y regalos.
Historia de la Alcaicería en Granada
Hace cientos de años la Alcaicería era el barrio musulmán donde se ubicaba el zoco y donde se vendía la seda. Se extendía desde la Plaza Bib-Rambla hasta la Plaza Nueva y era el centro económico y social de la ciudad.
El origen de su nombre proviene del árabe y significa “el lugar del César”. ¿Por qué? Se dice que se debe a los tiempos en los que el emperador Justiniano concedió a los árabes el derecho de fabricar y vender seda. Como agradecimiento, estos llamaron “al-kaysar-ia” a los lugares donde se vendían estos productos, o lo que es lo mismo, “el lugar del César”.
También se dice que el nombre árabe hace simplemente referencia al lugar comercial y a los edificios de alrededor que la componen. Y es que la Alcaicería no era solo el lugar donde vender y comprar, era también el lugar donde poder hospedarse durante sus periodos de venta en pequeñas fondas.
Fundada en el siglo XVI, era el lugar donde se vendían prestigiosas mercancías como plata, orfebrería, seda e incluso productos cuya venta estaba prohibida fuera de la Alcaicería. Un zoco comercial propiedad del monarca y creado con el objetivo de recaudar impuestos y fomentar el movimiento comercial de la ciudad. Además, la zona estaba amurallada y protegida a modo de ciudadela, dando acceso al zoco solo por nueve puertas que se cerraban por la noche para impedir la entrada y prevenir robos.
El siglo XVII supone un momento de cambio para la Alcaicería cuando Bermúdez de Pedraza permite la venta no sólo de seda. A partir de aquel momento se comenzó a comercializar también con oro, paño, lino y otras mercancías de alto valor de la época. Además, en el siglo XVIII con el retroceso que el mercado de la seda sufrió, comienzan a instalarse en el zoco otro tipo de comerciantes y profesionales como libreros, escribamos o artesanos.
La Alcaicería hoy
En la actualidad es fácil poder transportarse a aquella época en la que la Alcaicería era el lugar de fabricación y venta árabe. Sus estrechas calles, la artesanía árabe que allí se vende e incluso la gastronomía de la zona, nos hace viajar al pasado aunque solo sea por un instante.
Y es que la Alcaicería es, sin duda, uno de los lugares más especiales y distintivos que conforman la identidad multicultural de Granada. Tengas o no en mente comprar algún recuerdo de tu visita a la ciudad andaluza, te recomendamos que visites este zoco árabe que te enamorará. ¡Te esperamos!